Hoy hace 19 años que murió mi abuela ( 28 de enero).
Puedes pensar: ¡ jo, tanto tiempo y aún cuenta los años!. Pues sí, llevas razón, los sigo contando.
Me acuerdo perfectamente de lo que sentí ese día, tenía 12 años recientes y una sensación de vacío, una pérdida tan grande, tristeza…ese amor se había marchado, pero no un amor cualquiera, su amor.
Recuerdo los paseos con ella, los bocatas de “nocilla” que me hacía para la merienda, los bailes juntas de sus vinilos preferidos, su escucha atenta cuando le explicaba las cosas, sus consejos, los juegos juntas, las caricias, los besos, dormir con ella, sus abrazos…
Me gustaría que te preguntaras, por un momento, qué es lo que te gustaría que tus hijos recordaran de ti el día en que no estés. Sé que es un ejercicio duro, pero te ayudará a reflexionar.
Seguramente, después de pensarlo, quizás quieras que te recuerden por algo similar a esto:
- El amor incondicional que les profesabas
- El tiempo bonito y divertido que les dedicabas y disfrutabais
- La confianza mutua
- El acompañamiento total ( en las buenas y en las malas)
- El siempre intentar lo mejor para ellos
Educar a los hijos a veces no resulta sencillo, la vida ajetreada, las preocupaciones, tus propias sombras personales, el estrés, el poco tiempo, etc. Pero sé que deseas que tus hijos te recuerden por todo lo anterior y no de la siguiente manera (habla uno de los hijos):
- Me quería pero no confiaba en mí
- Me quería pero no me lo demostraba
- Le decepcioné en muchas ocasiones
- Me hubiese gustado pasar más tiempo juntos en mi infancia y en mi adolescencia
- Le diría te quiero porque hace mucho que no nos lo decíamos
La manera en la que educamos a nuestros hijos no sólo marca su presente y su personalidad adulta, sino también, la relación que tendremos con ellos en un futuro. Es sumamente importante que, para disfrutar de la infancia de nuestros hijos, y de la relación mutua futura, les eduquemos de manera correcta, bajo un manto respetuoso y empático.
Los niños siempre tienen un motivo para hacer lo que hacen, te puede parecer un motivo menos adecuado o más adecuado a tu manera adulta de entender las cosas, pero siempre tienen un por qué. Nunca pienses que un niño es malo porque sí, nunca pienses que te toma el pelo, nunca insinúes que hace las cosas a mala fe…porque detrás de cada paso: hay un motivo.
Normalmente, este motivo es puramente de niños: juego, diversión, entretenimiento, experiencia…y a veces, son una llamada de atención a tu manera de educar.
Si quieres un hijo que NO grite: DEJA DE GRITAR
Si quieres un hijo que confíe en ti: CONFÍA EN ÉL
Si quieres un hijo que se quiera a sí mismo: NO CASTIGUES, NO CHANTAJEES, NO AMENACES, NO PREMIES…simplemente, acompáñalo como merece.
En definitiva, si quieres un hijo emocionalmente sano: DEMUÉSTRALE AMOR SIN CONDICIONES, da igual que haya cometido 1 error, 10, 100, 1000…TIENES QUE ESTAR AHÍ, porque los hijos no están para juzgarlos, están para educarlos mediante el amor.
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Y todo este amor sin condiciones, es lo que recuerdo yo de mi abuela…pero no pienses que era puro LIBERTINAJE ( es decir, no pienses que yo tenía mil caprichos y hacía lo que quería). No. Mi abuela me mostraba apoyo incondicional siempre, me mostraba sinceridad en todo momento, comprensión, libertad, afecto y guía, teniendo en cuenta, por supuesto, mi seguridad y mi bienestar.
Gracias a ella, en parte, puedo ayudarte, porque todo lo bueno se queda en nuestro corazón y mente para siempre….y lo malo, como no lo superes, lo acabas integrando como parte de tu personalidad, llegando a torturarte ( sin darte ni cuenta).
Un beso y buen miércoles:
Fundadora de Edurespeta – Experta en Educación Respetuosa y Asesora Familiar
** Te lo dedico a ti, preciosa **