1- Identifica lo que estás sintiendo. Es decir, empieza a conocer tus emociones y a saber realmente si lo que te ocurre es enfado, ira, frustración, cansancio, celos, impotencia… Esto te ayudará en un primer momento a saber qué es lo que exactamente notas en tu interior.
2- Identifica el motivo de lo que sientes. Siempre buscamos culpables, como si otra persona fuera la responsable de lo que nos pasa. Lo cierto es que cada uno de nosotros puede decidir cómo actuar en función de lo que está sintiendo y no responsabilizar a otros de lo que sale de nuestro interior. La frase de “No es lo que yo te digo, es el cómo te lo tomas” sería la ideal para entender este concepto.
3- Para hacer estas identificaciones, debes dejar la impulsividad y respirar antes de actuar. La reflexión es algo que queremos enseñar a nuestros hijos e hijas, pero sin embargo ni nos esforzamos en practicarla ni en darles ese ejemplo.
4- Visualiza (imagina) momentos que te hagan feliz. La imaginación es una herramienta muy poderosa en nuestra vida, ella nos puede ayudar en momentos de “crisis” emocionales, transportándonos a situaciones felices que nos ayuden a aumentar los niveles de oxitocina y otras hormonas en nuestro organismo y por tanto, se rebaje nuestra emoción desmesurada.
Es muy importante que aprendas sobre ti, sobre tu cerebro, sobre tus necesidades reales y sobre tus emociones. Ellas, todas, tienen una función concreta y son necesarias, el problema es cuando no las conocemos y las sacamos hacia fuera de forma agresiva, desequilibrada y cargando contra los demás.
¿Cómo crees que llevas este aprendizaje sobre tus emociones y las de tus hijos e hijas?. Te ayudaré en lo que pueda.
Un abrazo y GRACIAS por estar aquí.
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Fundadora de Edurespeta, Escritora, Especialista en Educación basada en el respeto, la empatía, el acompañamiento, la lógica y la evidencia científica, creadora de la Educación Real®, Educadora, y Asesora – Formadora de familias y profesionales
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