Vivimos acelerados. Lo sé, soy consciente de que el ritmo de vida que llevamos no es el que nos gustaría y que esto hace precisamente que perdamos los nervios con más asiduidad y que a veces paguemos nuestras emociones con quienes más amamos.
No obstante, cuando no podamos hacer nada para cambiar nuestro ritmo de vida (en el caso de que no sea posible, porque muchas veces solo es cuestión de plantearse soluciones y de mirar hacia delante de manera positiva y con objetivo) pues qué mínimo que esforzarnos en que nuestro día a día y por ende el de nuestros hijos e hijas, sea lo más agradable posible.
Hace poco una chica me preguntó por Instagram si educar con respeto era algo así como vivir en “La Casa de la Pradera”… y es que así nos han acostumbrado, a creer que si respetamos a nuestros hijos e hijas y tratamos con delicadeza su área cerebral emocional, estamos destinados a vivir entre algodones de azúcar y unicornios 🦄🦄. Nada más lejos de la realidad, educar respetando es eso, respetar hasta en los momentos más difíciles, no pagar con los hijos e hijas nuestra falta de conocimiento sobre nosotros mismos, básicamente.
Para poder educar con respeto y desde la calma primero debes sentirla en tu interior.
El consejo que te aporto supone un gran esfuerzo, y es precisamente, que intentes relajarte cada día un poquito más y con un enfoque más seguro y consciente.
Para empezar a conseguirlo, te aconsejo establecer todos los días unos minutos de:
– Respiración consciente: Colócate de pie, con la espalda apoyada en una pared (o tumbada en la cama) y con los ojos cerrados (si puedes ponerte música relajante y que no te haga pensar más, mucho mejor – te aconsejo música clásica-). Inhala profundamente contando mentalmente hasta cuatro y exhala contando mentalmente hasta siete. Así sin distracciones (si puedes) durante 5 minutos (10 serían la bomba ).
– Masajea tu sien: Siempre que sientas que el estrés o los nervios se apoderan de ti, coloca los dedos índice y corazón de ambas manos en cada lado de tu sien, y haz pequeños movimientos circulares que te ayuden a recuperar la calma. También funciona muy bien para conciliar el sueño, realizando el masaje justo antes de ir a dormir, una vez acostados, ayudándonos a liberar la tensión diaria.
-Desconexión: Busca tiempo para ti, obviamente, no va a ser el único tiempo que tienes para pasar junto a tus hijos e hijas, pero sí necesitas sentir que no solo vives para ellos (y para el resto), sino que además de madre/padre, y en primera instancia, eres persona. Busca ese ratito, ya sea escuchando música, dándote una ducha caliente o realizando el deporte que más te guste.
Cuanto más calmados estemos nosotros, más calmados estarán nuestros hijos e hijas, cuantas más herramientas propias tengamos para autocalmarnos, más herramientas les enseñamos para conocer su propio estrés y su búsqueda personal de la calma 💕
Espero que me cuentes cómo llevas esta tarea, mucha suerte 😊
Un abrazo y muchas gracias por todo.
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