Todos cometemos errores, la perfección no existe. De hecho, buscar la perfección hace mucho mal emocional a todos los niveles.
Además, debes saber que la perfección es algo muy abstracto, lo que para mí es perfecto a ti puede parecerte un caos, por lo tanto lo importante es siempre ser uno mismo/a y no pretender ser perfecto.
Intentar la perfección casi siempre va relacionado con la falta de autoestima y la necesidad de aprobación, para sentir que encajamos socialmente.
La perfección siempre es un problema, en la educación de los hijos e hijas también.
No busques ser perfecto/a, busca mejorar.
Es normal tener días mejores y días peores, estar emocionalmente más estables y otros más inestables pero sin duda, trabajar por la mejoría es lo que nos hace avanzar.
Todos somos imperfectos, así como nosotros y nosotras defendemos la imperfección, debemos defender la de nuestros hijos e hijas, no podemos pretender que sean perfectos, en una perfección que tu mente se ha creado para con ellos. Por ejemplo, para una madre puede ser perfecto que su hijo saque excelentes, tenga buenos modales y haga tareas del hogar y para un padre de otra familia, es perfecto que toque un instrumento y sepa cocinar… NO hay que buscar la perfección de los hijos e hijas así como no hay que intentar que cumplan unas expectativas que nosotros mismos creamos, sin pensar que la única expectativa que debemos tener para con ellos es que logren ser ellos mismos y mismas, y esto solo se consigue con respeto.
Trabaja en liberarte de esta búsqueda de la perfección y acércate más a la imperfección basada en el respeto por uno mismo/a.