Hay madres y padres que me comentan que se les hace muy difícil educar de una manera diferente a la que les educaron a ellos.
Y es verdad, los patrones de la infancia suelen quedarse para siempre, a no ser que realices un fuerte trabajo de cambio y de mejora.
Una de las maneras más potentes para avanzar y no quedarse estancado en roles antiguos y formas de educar arcaicas, que centran la atención en las necesidades de los adultos, en vez de en las de los hijos, es, precisamente, practicando día a tras día, y utilizando herramientas tales como: la empatía, el tiempo de calidad, la coherencia, escucha, etc.
Hoy voy a centrarme en una herramienta, extremadamente sencilla pero que a su vez, es extremadamente necesaria. Y esta es: la amabilidad.
El ser amable con tus hijos, te dará la clave para superar muchas situaciones tensas y/o intensas con ellos.
Parece que los adultos somos amables con todo el mundo: con el de correos cuando llama al interfono pidiendo que le abramos, con los vecinos que encontramos en el ascensor, con la cajera del “mercadona”, con el chico que pasea a su perro que a su vez se hace amigo del tuyo, con la señora de la frutería, y así un largo etcétera. Pero se nos olvida ser amables con nuestros propios hijos.
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Los pobres tienen que cargarse con tu mal humor, tu estrés, tu mal día de trabajo, tu dolor de cabeza, tu discusión de pareja, tu lucha por llegar a fin de mes, tu preocupación por la salud de tu abuelo, etc.
Y esto no es cosa suya, no tienen que recibir un trato incorrecto porque tú y tus emociones estéis pasando un mal trago. Empieza por trabajar tus emociones y gestionarlas y sigue por poner en práctica esta amabilidad que tienes con el vecino y que en muchas ocasiones te falta con tus hijos.
Voy a ponerte 5 ejemplos de situaciones reales, en las que alguno de los progenitores se olvidó de la amabilidad a la hora de comunicarse con sus hijos ( ya sabes que hablo en masculino porque pienso en el mío mientras escribo, pero siempre me refiero tanto a hijos como a hijas 😉 ):
- Un padre y un hijo van a comprar al supermercado, y el niño, de unos 6 años, coge una caja de helados de los que le gustan y la mete en el carro. El padre, al ver esto, se enfada, y le dice con mal gesto y con un tono alto y desafiante: “te he dicho mil veces que no vamos a comprar helados hoy, ¿ es que no entiendes nada?”. Lo que más me impactó, fue la cara con la que le miró, como si en esos momentos sintiera verdadero asco por la decisión de su hijo. El niño se quedó con pena, triste, muy triste…y aunque muchos piensen que fue por quedarse sin helados, en realidad fue por la manera en la que le trató su padre.
- Una madre va con sus hijos al parque y al poco de estar allí, empiezan a pelearse entre ellos por quién subía antes al tobogán. Ella les avisa que como sigan así se irán del parque. Al ver que siguen con sus disputas, les dice que ya basta, que se van a casa y que está muy harta de ellos, que no puede más y que en qué momento estaba pensando en tener hijos. Ellos, sólo son hermanos que tienen conflictos, como todos. Y lo que necesitan es amabilidad, comprensión y apoyo, no faltas de respeto.
- Una familia va con su hija de 8 años a la playa. Cuando llegan allí, la niña decide jugar en la arena pero confirma no querer bañarse y que no lo hará porque no le apetece. Sus padres le dicen con mala cara que para qué la llevan si luego no quiere bañarse. Cuando en realidad deberían haber respetado su decisión, porque es una persona como cualquier otra, con capacidad y necesidad de tomar decisiones.
- Una niña de 10 años aficionada al violín, fue con su padre a la tienda de violines para renovar el suyo. Al entrar, se fija en uno en concreto que es el que quiere. Después de hablar sobre el tema, el músico-vendedor le explica que ese violín es de un nivel más bajo al suyo y que no debe comprarse ese. La niña rompe a llorar porque realmente lo quería, se imaginaba tocándolo en casa y en clase de música. Su padre al ver tal actitud le dice que es una maleducada y desagradecida, ya que lo mínimo que tiene que hacer es aceptar la ayuda del músico y valorar que sus padres le van a comprar un nuevo violín. ¿ Era tan difícil entender sus sentimientos y explicarle el por qué no puede ser de una manera amable y sincera?
- Un niño de 3 años y su madre estaban en clase de natación, cuando de repente el niño no se atrevía a realizar el salto que la semana pasada hizo tantas veces. Al cuarto intento, y al ver su negativa, la madre se desesperó. Le dijo a gritos que como no se tirara, se irían de la piscina y no volverían nunca más. ¿Cómo es posible que un día sepas y otro no? – le dijo. Por lo visto, era muy difícil ser amable con su propio hijo y entender sus inquietudes y necesidades.
En todos estos ejemplos, tendrían que haber cambiado de manera total la forma en la que se comunicaron con sus hijos, y utilizar algunas de las herramientas correctas para fomentar acercamiento y comprensión y no alejamiento e ira.
Una de esas herramientas, hubiese sido, precisamente, la amabilidad. Si en todas las ocasiones, los padres se hubiesen dirigido a sus hijos bajo un semblante amable, con un tono de voz tranquilo, comprensivos y serenos…las historias hubiesen sido diferentes y los niños, se hubiesen sentido de una manera totalmente diferente.
¿ Por qué ser amables con los demás y no serlo con los hijos?, ¿ por qué los hijos deben llevarse la peor parte en todas las situaciones?.
- Cuando tus hijos se enfaden- SÉ AMABLE
- Cuando tus hijos te pidan algo que no puede ser en ese momento – SÉ AMABLE
- Cuando tus hijos se peleen- SÉ AMABLE
- Cuando hagan algo que te hace perder los nervios – respira y SÉ AMABLE
- Cuando griten – SÉ AMABLE
- Cuando pienses que no te hacen “caso”- SÉ AMABLE
- Cuando lloren – SÉ AMABLE
- Cuando tengan miedo – SÉ AMABLE
- Cuando no puedan dormirse – SÉ AMABLE
- Cuando suspendan – SÉ AMABLE
- Cuando no quieran comer más – SÉ AMABLE
- Etc. , etc. , etc.
La vida es increíblemente rápida, no te la pases siendo un/a borde intolerante con tus hijos y practica el deporte que debe ser ahora tu mantra: la amabilidad.
Espero que lo pongas cuanto antes en práctica, y cuando salgan esos “ fantasmas”, les dices: “shshshshs soy amable con todo el mundo, empezando por mis hijos”.
Abrazos 🙂
Fundadora de Edurespeta, Educadora Experta en Educación Respetuosa, Asesora Familiar y Escritora
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Vane dice
Necesito saber cómo interferir en los enfados entre hermanos cuando no es uno es el otro y se hablan levantado el tono enfadado