El ejemplo es la mejor herramienta que tienes para que tus hijos integren aprendizajes. Aprendizajes de todo tipo: referentes a la alimentación, a la higiene, habilidades sociales, respeto, seguridad, etc.
No hay varita mágica para esto ( ni para nada 🙂 ), pero si es verdad, que utilizando nuestro ejemplo, siendo nosotros los que les guiemos y por tanto, prediquemos con nuestra manera de hacer: ellos captarán e irán valorando qué es bueno y qué no, qué necesario y qué no, qué es importante y qué no lo es tanto, etc.
La mejor manera de que tus hijos coman verdura, la valoren, la disfruten…es que tú también la comas. Claro que sería ideal que en tu casa hubiera verdura con asiduidad, comprárais variada, ellos participaran en la elección de la verdura que van a comer, ayudaran a elaborarla, probaran las diferentes texturas, etc. Pero esto es un añadido, si tú no comes, la batalla está prácticamente perdida.
Hoy quiero hablarte de 9 incoherencias que debes dejar de cometer como madre/padre. Es decir, 9 cosas que se les suele pedir a los hijos, cuando en realidad, los propios adultos, en muchas ocasiones, no son capaces de cumplirlas:
- Cruzar la calle cuando el semáforo de peatones está en rojo: esto es algo no sólo incoherente, sino nefasto para nuestros hijos y su educación vial. Cuando vamos sólos, es algo que hacemos a diario muchísimas veces. Semáforo en rojo, tenemos prisa, vemos que no viene nadie y…¡zas! cruzamos la carretera. Pero es que esto cada vez se ve más en presencia de los hijos, los llevamos de la mano y repetimos exactamente la misma acción. Ellos alucinan, deben pensar y a veces, verbalizan: ” ¿ pero no tenemos que esperar a que se ponga verde para que no nos atropelle ningún coche?. Los padres ponen cara de póker y responden: ” es que tenemos prisa”. Como si la prisa, o las obligaciones, fueran suficiente excusa para jugarte la vida. Porque cruzar de esta manera, no es sólo poner en riesgo tu vida, y la de tus hijos, sino también la vida de los hijos de los demás. Porque cuando vayas sólo y pienses que tus hijos no te ven ” saltándote las normas”, en realidad pueden estar observándote otros niños. Por favor, cada vez que veas un semáforo de peatón en rojo, PÁRATE, respira, sé paciente y espera. Sólo así los que más quieres sabrán cómo caminar por la calle con precaución.
- Hablarles a gritos y pretender que ellos no lo hagan: gritar a los hijos tiene para ellos unas consecuencias negativas no sólo a nivel auditivo, sino también a nivel emocional, biológico y social. Los gritos deben estar tachados totalmente de nuestra lista personal de cómo educar a un hijo con respeto, empatía y amor. Es una realidad que, muchos padres exigen a los hijos que no les griten a ellos, ni a sus hermanos, que no lo hagan en el colegio, que no griten en un restaurante…cuando ellos constantemente hablan a sus hijos a gritos. Es incoherente y casi de ciencia ficción, pedir algo que ni tan siquiera tú eres capaz de llevar a cabo. Sé que el estrés y la rutina del día a día, complican este objetivo, pero créeme: se puede. Y no sólo se puede, sino que también se debe.
- Decir palabrotas: depende de en qué cultura, otras más, otras menos, pero en la gran mayoría hay unas palabras llamadas “palabrotas” con las que expresamos, normalmente, malestares o emociones. Las tenemos muy adheridas, en ocasiones, a nuestro lenguaje, y esto hace que hablemos utilizándolas, también, delante de nuestros hijos. Si quieres que no digan palabrotas, es inviable que tú mism@ las digas. Debes empezar a limar tu lenguaje, a substituir palabras, a cuidar este aspecto de tu comunicación, para que ellos no integren este patrón. También existen familias a las que no les importa que sus hijos digan palabrotas, esto ya es cuestión de cada uno, pero lo que no podemos hacer es pedir que no las digan, más o menos de esta manera: ” Joder, ¿quieres dejar de decir palabrotas por favor?”.
- No pedirles perdón: que nos pidan perdón cuando alguien nos ha hecho daño de alguna manera, nos reconforta. Es una realidad que el perdón es necesario en las comunicaciones con nuestros semejantes…¿entonces?, ¿ por qué nunca les pedimos perdón a nuestros hijos?. Hay madres y padres que demandan a sus hijos a todas horas que pidan perdón: al amigo al que le quitaron la pelota en el parque, al abuelo al que no le dieron un beso cuando se marchaban, a la profesora a la que gritó cuando se entero de su suspenso, etc. Pero sin embargo, les cuesta pedir perdón a sus hijos cuando saben que han cometido errores. Pedir perdón es importante, HAZLO.
- Utilizar el móvil a todas horas: se les ponen horarios a los niños para todo: para levantarse, desayunar, colegio, extraescolares, juego, cena, televisión, tablets…Parece que tengan que vivir con una vida totalmente adiestrada y estipulada ( cuando todos sabemos lo que eso agobia). El uso de la tele también está estipulado, así como de tablets y nuevas tecnologías. Ésto, genera muchísimos conflictos en algunos hogares, y los padres, no saben gestionarlos bien. Pero la realidad, es que los aprenderían a gestionar correctamente cuando, como padres, dejasen de estar pegados TODO el día a su móvil: hablan con los hijos mirando su móvil, hacen la cena mirando su móvil, van al lavabo y actualizan su facebook, cenan en familia y revisan la prensa digital…¿ De verdad creemos que vamos a inculcar un buen uso de las tecnologías a nuestros hijos de esta forma?. Vivir en esta era es positivo, no vas a privarles de ellas, pero si quieres que no se obsesionen y que no hayan disputas continuas por el tema…MÁRCATE horarios y deja tu móvil apartado cuando estés con tus hijos.
- Querer que compartan, sin nosotros compartir: ¿ en serio compartes tu tan adorado móvil con un desconocido?, ¿ dejas tu bolso a cualquiera?. Pues lo mismo les pasa a nuestros hijos. ¿ Por qué les obligamos a compartir si nosotros no hacemos lo mismo?. Compartir no es importante, lo que sí lo es, es el respeto hacia el otro, la comprensión, la empatía y la responsabilidad. Por tanto, no se trata de ir compartiendo todo lo que tengan con todo el mundo, sino desarrollar la empatía. Para ello, los primeros que debemos desarrollarla y ponerla en práctica: somos nosotros. Y entender que no necesitan compartirlo todo y mucho menos ser obligados a ello. Sin embargo, sí necesitan ser respetados así como respetar al prójimo.
- Reñir al que ha pegado, dándole un cachete: pegar a un hijo, de cualquier manera y en cualquier situación, es algo incoherente, ruín, irrespetuoso, horrible e insultante. No deberías pegar nunca a tus hijos, jamás utilices la fuerza y tu superioridad física para educarles. En muchas ocasiones, las familias, intentan lidiar los conflictos y/o peleas entre sus hijos, o los que éstos tienen con los amigos, utilizando la violencia física, y, por lo tanto, los niños se sumergen en un bucle del que no pueden salir. Es decir, si tu hijo se pelea en el parque con otro niño por un juguete y se pegan, no puedes ir tú y arreglar la situación dándole un cachete a tu hijo, o si tu hija se pelea con su hermano por un dibujo y defiende su postura pegándole, no puedes llegar tú y hacer lo mismo, porque entonces la moraleja es: lo que estás pidiendo que no haga, lo haces tú. Ese respeto que pides que tenga hacia su hermano, es el que tú te estás saltando, por tanto, es imposible que lo integre. Cambia tus creencias y deja de PEGAR.
- Pasear descalzos por casa y querer que ellos lleven zapatillas: ir descalzos no tiene nada de malo, de hecho, hay muchos estudios que demuestran que caminar descalzos tiene unos beneficios para tu cuerpo y tu mente. No obstante, hay muchos padres que piensan que los hijos no pueden ir descalzos porque es una norma de su hogar ( imagino que con motivos de peso). Si decidimos, pues, que en casa nadie puede ir descalzo, significa que NADIE puede hacerlo. No vale eso de ir descalzos delante de los niños y encima que ni siquiera se puedan quejar. Si queremos instaurar una norma de convivencia para mejorar el ambiente de nuestro hogar y facilitarnos las cosas, todos debemos intentar cumplirla y no “machacar” a quien le cuesta hacerlo, sino predicar con el ejemplo.
- Utilizar la mentira: utilizar las mentiras para llevar a tus hijos a tu terreno, sólo demuestra que te faltan herramientas positivas y eficientes para comunicarte con ellos. Eso de: “corre corre, que va a llover y tenemos que irnos del parque ( y hace un sol radiante)”, ” coge el teléfono y dile a tu abuelo que estoy en la peluquería y me he dejado el móvil en casa”, ” coméntales a las compañeras de tu equipo de baloncesto que tenemos una boda el sábado y por eso no vas al partido ( y quizás os vais de mini vacaciones de fin de semana)”, etc. No hace más que enseñar a tus hijos que la mentira es una manera eficaz de conseguir lo que desean, sin importar el daño o los sentimientos de quienes las reciben. Luego cuando estos niños empiezan a utilizar la mentira y sus padres se enteran de la misma, les riñen, castigan, enfadan, se sienten decepcionados…¿ Que injusto, no?, tú me enseñas y tú me regañas. Hay que aprender a hablar con los hijos y con las personas en general, para dejar de fomentar el engaño en el trato humano.
Educar con respeto y entendimiento no es tan difícil. Lo que es difícil, quizás, es no dejarse llevar por los intereses adultos y el nerviosismo diario.
Te aseguro que si pones en práctica este artículo y dejas de cometer este tipo de incoherencias, la relación con tus hijos mejorará y además, estarás sembrando una gran semilla en ellos para que desarrollen: responsabilidad, libertad, felicidad, seguridad, respeto y coherencia.
Un beso y por favor, si te parecen útiles mis palabras, compártelas ( sería incoherente que te guste y vayas a ponerlo en práctica, y no lo compartas con tus amigos 😛 ).
Gracias por la lectura:
,
2015 ©
Fundadora de Edurespeta, Escritora, Especialista en Educación basada en el respeto, la empatía, el acompañamiento, la lógica y la evidencia científica, creadora de la Educación Real®, Educadora, y Asesora – Formadora de familias y profesionales
Toñi dice
Me ha encantado mil gracias Tania por abrirnos los ojos, y ayudar a los niños que estan solos ante esta sociedad patriarcal, y adultista…
Eres única super agradecida de haberte conocido, un abrazo enorme 😘😘♥️