La perfección no existe.
Cuando uno se obsesiona con ser perfecto, no llega a ningún puerto. Porque lo importante es caminar por la vida disfrutando de la misma, saboreando cada error como un aprendizaje e intentando superar los obstáculos con autoestima y tesón.
Supongo que todo esto lo tienes claro, ¿ verdad?. Entonces, ¿ por qué hay familias que pretenden tener hijos perfectos?. Hijos que hagan caso a la primera, con excelentes notas, que no griten, ni peguen, que no lloren , ni se enfaden; hijos que consigan ser lo que ellos nunca llegaron a ser…
Como te he comentado, la perfección no existe. Y, por lo tanto, el cartel de “hijo perfecto” no existe, NO es real.
Que tuvieras hijos como los que te he descrito anteriormente, sólo te demostraría que tienes hijos infelices. Sí, porque los hijos tienen derechos y entre ellos, está el derecho a ser quienes quieran ser, a equivocarse, a llorar, a reír, a jugar, a enfadarse, a experimentar rabia, etc.
Como no hay hijos perfectos, tampoco hay padres perfectos. Todos cometemos fallos, y de ellos se aprende. Por eso mismo, quiero hablarte hoy de 12 errores comunes que se cometen en la educación de los hijos para que te ayuden a progresar y mejorar:
- Pensar que los niños son manipuladores: los niños no son adultos. Así que olvida YA la idea de que los hijos tienen malas intenciones, piensan detenidamente sus actos y van a hacer daño. Los niños son niños. Que están aprendiendo a disfrutar de su propia libertad, a valorar lo que es tener sentimientos y emociones propias así como intereses personales. No juzgues a tus hijos por tener ideas diferentes a las tuyas, porque eso, precisamente, es lo positivo. El estar ahí aunque tengan ideas dispares a ti, acompañarles, guiarles, comprenderles y quererles. Si un niño llora en la guardería mientras ve a su madre, y una vez dentro deja de llorar, no es que sea un ferviente manipulador con todos los pasos estudiados, es solo un niño que se da por vencido, que sabe que por mucho que quiera, su mami no va a volver.
- Etiquetar a los hijos: cuando se etiqueta a un niño, se le está colgando un cartel que le acompañará de por vida. No se debe catalogar a los hijos, ni con adjetivos positivos ni negativos. No debemos decir ” es muy buena comedora“, ” es un llorón”, ” este es un charlatán“, ” esta una vergonzosa”, etc. Todo queda dentro. Y lo que queremos es que nuestros hijos encuentren su propio camino, sean como sean. Abandona las etiquetas de la educación de tus hijos, te lo agradecerán más pronto que tarde.
- Culpar a uno de ellos: cuando culpabilizas a alguno de tus hijos en un conflicto entre hermanos, no sólo estás gestionándolo de manera incorrecta, sino también te ocupas de enfriar cada vez más su relación afectiva. Cuando hay algún problema entre ellos, se debe escuchar y dialogar con todos, buscando soluciones y alternativas; pero sin culpar ni avasallar al que creemos culpable.
- Perder los nervios: el estrés ,la impulsividad, la ira, los nervios…no te sirven para nada. Sólo para alejarte cada vez más de tus hijos y que, de esta manera, nunca llegues a aportarles la coherencia y la comprensión que merecen. Debes trabajar en ello, y desvincularte, poco a poco, de esta rabia que te invade en algunas ocasiones con tus hijos.
- No adaptar la vida a ellos: somos los adultos los que tenemos que adaptarnos a los niños y no al revés. Es decir, cuando tenemos hijos tenemos que acomodar nuestra vida y nuestro hogar a ellos. Y no pretender que sean los hijos los que lleven el ritmo adulto. Cuando hacemos esto, estamos confirmando que no somos empáticos con nuestros hijos y que no entendemos sus etapas de desarrollo. Para un acompañamiento correcto y positivo, debes aclimartarte a su ritmo y no pretender que lo hagan ellos.
- Querer que lo hagan todo solos: los hijos van aprendiendo mediante el ejemplo y el paso del tiempo. Es inviable ansiar que sepan hacerlo todo a la primera, que tengan todas las rutinas integradas, que no cometan errores ( bajo tu punto de vista), y que lo hagan todo de manera autónoma. Para que los hijos sean cada vez más independientes, hay que ofrecerles mucha compañía y respeto. Y sólo entonces, la autonomía llegará.
- Impacientarse: muchas familias adelantan los acontecimientos y pierden la paciencia con sus hijos a la primera de cambio. Por ejemplo, tu hijo de 5 años decide llevar el vaso a la cocina, y tú te adelantas e impacientas diciéndole: “se te va a caer”, ” se va a romper“. De esta manera, estás dejando que la poca confianza en tu hijo se interponga en su aprendizaje. Si quiere llevarlo sólo, confía en él, anímale, y si se rompe…¡no pasa nada!. Los vasos se pueden comprar: los hijos NO.
- Ignorarles: a los hijos no se les ignora, bajo ninguna circunstancia. Por mucho que pienses que están haciendo algo incorrecto, nunca es una buena opción.
- Hablarles como no te gusta que te hablen: ¿ cómo puede alguien exigirle a otro que no le grite cuando el primero grita diariamente?. A menudo se habla a los niños como no toleraríamos que nadie nos hablase a nosotros. Erradica desde ahora esta incoherencia si la llevas a cabo en tu hogar.
- Centrarse en el qué dirán los demás: las relaciones con los hijos y la gestión de los conflictos, en muchas ocasiones, se ven enturbiadas porque los padres se preocupan más por lo que pensarán los demás, que por el bienestar de sus propios hijos. Por ejemplo, tu hija de 6 años tiene una “rabieta” en un centro comercial y llora, patalea, se enfada…y tú, te preocupas más por las personas que están por allí, que por las necesidades de tu hija…esto es un error, hay que focalizar siempre las atenciones en los hijos, no en el qué dirán.
- No escucharles: hay que tener en cuenta las opiniones de los hijos SIEMPRE. No por ser niños merecen ser menos escuchados…al contrario. Escucha activamente a tus hijos y la comunicación con ellos cambiará a mejor, de manera radical.
- Ofrecer poca atención: el no atender a los hijos como merecen, trae unas consecuencias. Y no solo unas consecuencias puramente emocionales, sino también, biológicas. Tus hijos necesitan atención y cuidados durante toda su infancia-adolescencia. Sólo el apoyo incondicional en cualquier situación, les dará las alas para llegar a ser unos adultos LIBRES, FELICES y RESPONSABLES.
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¿ Vas a empezar a esforzarte para evitar estos 12 errores?. ¡Espero que desde YA!, verás como la relación con tus hijos mejora y/o progresa enormemente.
Un abrazo y por favor, comparte este artículo si te ha servido de ayuda 🙂 ¡Gracias!.
Fundadora de Edurespeta, Educadora Experta en Educación Respetuosa, Asesora Familiar y Escritora