La vida es un suspiro, un suspiro demasiado corto. A veces antes, otras después, pero la vida se acaba.
No pretendo entristecerte con estas palabras, pero es así ¿ verdad?. No queremos que llegue, pero somos conscientes, como adultos, de que algún día llegará.
La muerte forma parte de la vida, y como tal, debe integrarse en nuestros hijos como algo natural. Doloroso y difícil sí, algo que no queremos que pase, también, pero es natural: nacemos, vivimos y morimos.
En muchas ocasiones, las familias tratan este tema como un tema tabú, como algo que no existe. Evitan completamente el asunto y lo pasan por alto pensando que es por el propio bien de los niños.
Pero lo que es cierto es que de esta manera, lo único que fomentamos es que, si algún día, durante su infancia o adolescencia, tienen que enfrentarse a la muerte de alguien de su entorno, la situación sea, todavía, más dolorosa, difícil e incomprensible para ellos.
Tratar el tema de la muerte como algo “tabú” es irrespetuoso para los niños
Cuando alguien muere, ya sea un familiar, una amistad o un animal de compañía, debemos estar ahí ,incondicionalmente, para nuestros hijos. ¿ Qué quiero decir con esto?, pues que debemos hablar abierta y sinceramente de la situación, con total coherencia, serenidad y respeto.
De nada vale disfrazar los acontecimientos, pretender eludir la realidad o intentar volver a la normalidad rápidamente. Esto, sólo hará que tu hijo tenga sentimientos y emociones encontradas, que no entienda el porqué en estos momentos en los que él está sufriendo, tú estás como si no pasara nada siguiendo las rutinas diarias…
Esos momentos no son normales, no se puede volver a la normalidad con facilidad, porque ahora, hay una nueva ausencia.
Voy a ponerte algunos ejemplos de lo que NO se debe hacer ( casos reales):
– Se muere su abuela y tú le dices: – pero cariño, no llores que a la abuela no le gusta verte llorar desde el cielo.
– Se muere su perrito: – no sufras, compraremos uno parecido dentro de poco.
– Se muere su tío: – tu primo estará peor que era su padre, así que no estés triste delante de él.
Actuando así, no se está dando ni a la muerte ni al duelo, el tiempo que necesita.
Porque los niños tienen todo el derecho del mundo a realizar su propio duelo, a no ser estos momentos adornados ni dramatizados con mentiras, a vivir el sufrimiento de manera acompañada y respetada para poder seguir adelante y superar de manera más rápida y positiva, la muerte.
Ya que estarán integrándola como algo natural: aunque duela, aunque no sea bienvenida, pero es real, ocurre.
Cuando tu hijo tenga que pasar por un duelo, lo mejor que puedes hacer es:
- Comunicárselo de manera natural, pausada, coherente y amable
- Estar ahí siempre que lo necesite con total atención hacia él
- Hablar diariamente todo lo que quiera sobre la pérdida
- Recordar y ver fotos juntos de quien se haya ido
- Dejarle que llore cuanto quiera y que se exprese en libertad
- No dejar que tu duelo adulto evite que él tenga el suyo propio
Como siempre promulgo, los niños son niños, no adultos. Por lo tanto, aunque tienen todo el derecho del mundo a vivir su duelo y a entender la muerte como algo natural; no debes intentar nunca que sigan tus pasos durante tu propio duelo, porque no tienen tu edad.
Es decir, acompañarles respetuosamente no es llevarles a un tanatorio o a un entierro cuando son todavía pequeños, ver las noticias de matanzas y asesinatos o leer las esquelas de los periódicos cada semana.
Acompañarles respetuosamente es hablar con claridad respecto a la muerte y darles todo tu apoyo y comprensión en el caso de sufrir una pérdida.
La vida es corta sí, pero hay que disfrutarla, y hay que guiar a los hijos a que la disfruten diariamente y eso conlleva, indudablemente, la superación de obstáculos y adversidades sintiéndose seguros y libres de expresar sus sentimientos.
Espero que te haya sido útil este artículo, ¡No te olvides de compartir antes de irte!
Gracias y besos:
Fundadora de Edurespeta, Educadora Experta en Educación Respetuosa, Asesora Familiar y Escritora
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Sandra dice
Cómo agradezco que alguien hable de esto y mas ahora , mi padre falto hace dos semanas y no sabía muy bien cómo decírselo a mi hija la mayor ( 4 años ) , la psicóloga del cole me recomienda que cómo fue una muerta repentina , no ocultemos nuestro dolor y le digamos que se ha puesto muy malito, ella me pide que quiere ver fotos del abuelo en el hospital y llora porque dice que no lo va a ver nunca más . No sé si tú me podrías dar algún consejo , si después deberíamos de hacerle cómo una despedida .