Son fechas de reuniones familiares, regalos, nervios y comilonas. Comilonas que se alargan y alargan, y en las que, como en otras ocasiones, no tenemos en cuenta el punto de vista de los niños.
Hoy quiero darte algunos consejos que te ayudarán a empatizar con tus hijos a la hora de comer en estos días, junto a los demás familiares, y que, te vendrán genial también, para otros momentos del año:
- Deben comer a la misma hora que los adultos ( a no ser que sean bebés y coman a demanda): deben formar parte de la reunión y del momento, por supuesto. No excluirles como si fueran ajenos a la fiesta.
- Los niños tienen derecho a comer en la misma mesa que los adultos: sí, a veces es mucho más cómodo para los mayores que los niños coman en una mesa aparte, aunque sea en grupo. Esto, no hace otra cosa que fomentar diferencias entre unos y otros y hacerles entender que son una “especie” distinta a la nuestra y que deben comer en un espacio diferente. Hay que incluirlos dentro de la rutina y la actividad del resto de la familia.
- No hay que obligarlos a que permanezcan sentados y nerviosos durante toda la cena: Los niños tienen unas necesidades diferentes a las nuestras, y, por eso, hay que entenderlos y saber que lo que a ti te apetece ( comer hasta reventar y charlar hasta el infinito y más allá), a ellos no. Y tienen todo el derecho del mundo a levantarse y a apartarse de allí cuando quieran, e ir a jugar.
Integrar a los niños de la familia como a uno más, significa que tenemos que respetar sus necesidades y motivaciones, así como sus emociones
- Tampoco hay que exigirles que nos ayuden a recoger : Como digo en muchos de mis talleres y cursos, este tipo de obligaciones corresponden a los adultos, y nosotros podemos ayudarles a que integren una rutina, acompañándoles en la misma, no obligando ni exigiendo. De todos modos, la única obligación que tienen los niños es la de jugar, explorar y disfrutar…por tanto, y menos en estas fechas, vamos a tener discusiones y conflictos innecesarios con el fin de que recojan la mesa.
- No les pongas la miel en los labios: como comemos tanto y tan mal en esta época, no queremos que nuestros hijos se empachen como nosotros y acaben teniendo dolor de estómago, es evidente. No podemos evitar que ellos quieran de todo lo que comemos si les gusta. Por tanto, hay que ser prudentes y coherentes, y si decidimos que semejantes manjares estén a su vista, luego no podemos ir prohibiéndoles y riñéndoles toda la noche. Si no queremos que coman de eso, no lo hagamos delante suyo, y si lo hacemos porque el cava nos nubla el sentido común, estemos dispuestos a que ellos también puedan degustarlo.
- No les compares con sus primos: algunos padres para meter “presión” a sus hijos, movidos por algún interés adulto, les comparan con sus primos o familiares: “-mira tu primo como se lo come todo”, “-aprende a comer como tu prima, mira qué buena es”, etc. Esto provoca malestar en los niños y lima su autoestima; es totalmente inútil hacerles sentir así. Cada uno es como es, cada persona es única, tenlo claro SIEMPRE. No creo que te gustara que te dijeran: “-Uy, mira que delgadita está tu prima, aprende”, “-Tu primo sí que tiene un buen trabajo, él sí que es listo”. ¿Te sentirías bien?, si dices que sí ¡mientes!. No hagas pasar a tus hijos por estos juicios.
- No esperes que se lo coman todo: cada uno tiene su estómago, su propio sentido del hambre, y esto hay que tenerlo en cuenta de antemano. Si queremos ayudarles a regular el hambre correctamente, no debemos exigir lo que nosotros creemos que es lo adecuado, sino que debemos pensar que puede que no quieran más o, por el contrario, sí les apetezca. Se les suele decir: “cómetelo todo” o, ” ni hablar, no te pongo más“, sin caer en la cuenta de que no tienen que comer desde nuestra visión: sino desde la suya. En esta época, los relojes biológicos se alteran, todos estamos más nerviosos. Hay que darles la oportunidad de dejar de comer cuando quieran, así como de comer un poquito más si les apetece en ese momento. Recuerda: tu estómago no es el suyo.
Estas reflexiones seguro que te ayudan a mejorar con tus hijos durante las comidas y reuniones que quedan en estas fiestas.
Es muy importante tener a los niños en cuenta en todo momento y saber ponerse en su lugar y a su altura
Ellos viven todo de manera mucho más intensa, sienten más íntegramente sus emociones. Por tanto, si nosotros nos sentimos nerviosos y cautivados por estas fechas: ellos con muchísima más intensidad.
Es bien sabido que SIEMPRE defiendo a los niños y me pongo de su parte. Mi prioridad y mi misión es que tú también empieces a hacerlo y que reflexiones profundamente y tengas la impresión certera de que: “los niños son niños, no malvados tiranos que conspiran contra los adultos“.
¡Un abrazo y recuerda compartir este artículo en tus redes sociales si lo has considerado útil, así colaboras directamente con Edurespeta:
,
Fundadora de Edurespeta, Escritora, Especialista en Educación basada en el respeto, la empatía, el acompañamiento, la lógica y la evidencia científica, creadora de la Educación Real®, Educadora, y Asesora – Formadora de familias y profesionales
2019 ©