¡Hola!
Estas son las frases, citas y reflexiones sobre el tema que nos ocupa: la educación del sentido común (respeto, coherencia, empatía y amor incondicional) que he publicado en las redes de Edurespeta entre el lunes 1 al 7 de febrero . ¡Espero que te sirvan de inspiración y ayuda!
Respetar la libertad
Te necesita
Se habla mucho de lo que necesitan los niños y niñas (sin que la evidencia científica avale esto, dígase de paso) un buen colegio, idiomas, buenas notas, autonomía, responsabilidades…
Lo cierto es que los niños y niñas solo necesitan una cosa que, teniéndola, irán integrando todo lo demás con respeto, paciencia y coherencia. Sus almas y su cerebro se alimentan básicamente, del juego y de tu presencia.
Tus hijos e hijas necesitan estar contigo, que estés con ellos, y que no importe en ese momento nada más.
La mayoría de problemas de conexión entre padres e hijos se deben precisamente a esta falta de presencia, de saber estar junto a ellos y para con ellos/as.
¿Cómo debe ser esta presencia?
Estando por y para ellos/as siempre que nos necesiten y que sean conscientes desde el inicio de que nosotros no somos el enemigo, que no les vamos a juzgar ni a criticar por sus decisiones o emociones, porque son personas individuales, libres de sentir y hacer lo que consideren aunque luego debamos guiarles por el camino según si eso es bueno para con su vida o no.
Permaneciendo presentes mientras expresan emociones para que tengan la seguridad de que aunque no pueda ser aquello que solicitan, estamos ahí, amorosos, amables, sinceros, templados.
Pasando tiempo con ellos/as, tiempo real, de escucha, de amor, de afectividad, de acompañamiento y centrados en nuestra relación.
Lo que nosotros y nosotras como padres y madres les aportamos, no se lo puede aportar NUNCA nadie.
Aprendiendo a amar a los hijos por lo que son, no por lo que hacen o dejan de hacer, no por cómo se comportan o las notas que sacan.
Entendiendo que no deben cumplir nuestras expectativas, tienen que tener las suyas propias y eso solo se aprende y construye con un buen ejemplo.
Sería interesante que valorarás cuánto tiempo diario y semanal pasas con tus hijos e hijas y qué parte de este tiempo lo aprovechas siguiendo las características que te acabo de mencionar.
Y recuerda que no debes dar paso a la culpa si no es el suficiente, la culpa no lleva a ningún sitio, pero el propósito, la reflexión y la fuerza de voluntad sí.
Prejuicios
Los prejuicios y estigmas son una de las formas de violencia (a veces silenciosa) más potentes de nuestra sociedad.
Uno de los comportamientos que más pueden dañarnos como personas es la crítica destructiva hacia nosotros, basada en los prejuicios, las etiquetas, los estigmas y, en definitiva, en la ignorancia y el desconocimiento.
Esos prejuicios suelen ser por cuestiones que ni siquiera conocemos de la otra persona, de las que no tenemos certeza, y lo único que hacemos teniendo prejuicios es demostrar que tenemos muchas carencias emocionales que trabajar que por supuesto, se interponen en todas nuestras relaciones, incluida la relación para con nuestros hijos e hijas.
Respetar es mucho más que afirmar de cara a la sociedad que somos personas respetuosas o que educamos en el respeto… puesto que jamás podremos educar en el respeto cuando dejamos de hablar a alguien por prejuicios y nos llenamos de odio interior, por ejemplo.
El respeto es un estado vital, silencioso y real, que de forma honesta acepta y entiende que todas las personas pueden ser diferentes y no tener las mismas ideas o pensamientos, y que podemos convivir en armonía sin nadie pisar a nadie, abriéndonos a conocer(nos) más.
Abandonemos los prejuicios sociales que nos lastran como personas y avancemos hacia una mentalidad realmente respetuosa, mostrando pues, a los que más amamos, ese mismo ejemplo, que como ya sabemos, es la única manera de transmitir enseñanzas.
Y tú ¿has juzgado sin conocer?
Investigación
En un día como hoy debemos de recordar más que nunca cuál debe ser uno de nuestros objetivos comunes como sociedad: luchar porque las instituciones inviertan en investigadores, en equipo, en personal sanitario.
Es la única manera de que avancemos de forma eficaz en la lucha contra el cáncer.
Tengámoslo SIEMPRE presente.
Incondicional
Pensar que nuestras hijas e hijos hay veces que no se merecen nuestro amor,
solo demuestra la sociedad adultocentrista e incongruente en la que vivimos.
Pero además, pensar que cuando menos lo merecen es cuando más lo necesitan, es dar por hecho que hay algún momento en el que no merecen nuestro amor o las demostraciones del mismo… dando por hecho, entonces, que el amor conlleva unas condiciones, y por tanto, alejándonos del amor incondicional que todo ser humano necesita de su entorno más cercano para desarrollarme óptimamente.
Nuestros hijos merecen amor incondicional siempre, sin juicios, sin críticas, sin manipulaciones.
Sin que pensemos que los queremos “a pesar de…” y que “nos gustaría que…”, sabemos estar ahí con equilibrio emocional, en todos los momentos.
Amor, porque te quiero siempre y para siempre, estoy aquí en todos los momentos, respetuosa, cariñosa y humana, yendo mucho más allá de las condiciones, sin importar los motivos de tu enfado y de tu llanto, sabiendo estar por y para todas tus emociones.
Sin condiciones.
Muchas gracias y recuerda compartir si este resumen te inspira y ayuda.
Abrazos
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Fundadora de Edurespeta, Escritora, Especialista en Educación basada en el respeto, la empatía, el acompañamiento emocional®, el amor, la lógica y la evidencia científica, creadora de la Educación Real®, Educadora y Formadora de familias y profesionales.
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