Pienso que la felicidad es la meta máxima. Todos queremos ser felices.
Se supone que por eso estudiamos, por eso trabajamos, nos relacionamos, tenemos hijos…siempre buscando la felicidad.
Por supuesto, en mi felicidad está la felicidad de mi hijo. Si mi hijo no es feliz, yo no soy feliz, si él es feliz, yo también lo soy. Esto es algo que ocurre cuando la maternidad – paternidad llegan a tu vida, la felicidad más importante es la de tu hijo, luego está la tuya.
No significa con esto que dejemos de lado nuestra motivación personal, el superarnos a nosotros mismos y conseguir nuestros propósitos. Pero sí significa que dentro de estos propósitos debe estar, principalmente, la felicidad de nuestro hijo.
Hay veces que perdemos de vista nuestro objetivo y la cabeza se nos llena de normas, estigmas y presiones sociales, etc. Que hacen que desenfoquemos nuestra meta principal.
Hoy te traigo 4 cosas que NO necesitan los niños para ser felices, aunque a veces creamos erróneamente que sí o nos hagan pensar que sí a través de patrones arraigados a la sociedad sumisa en la que vivimos:
- Rutinas: las rutinas son positivas, sí. Están para darle cierta seguridad y “orden” mental a nuestros hijos, sí; pero cuando estas rutinas se convierten en objeto de conflictos y disputas y lo único que nos importa es que las cumplan: no son necesarias, sobran. Además de esto, no es algo que necesiten para ser felices, sino que sirven para llevar el día a día mejor, pero NO son la clave de la felicidad. No está más pleno ni es más feliz un niño que se va a dormir a las 21:30h. en vez de a las 21:40h., no está más contento un niño que se ha lavado los dientes 3 veces al día, que el que se los ha lavado dos…Sí está más feliz la niña que ha charlado con su padre sobre la torre de lego jamás construida o al que le han llenado de besos sus padres justo antes de caer de sueño exhausto por el cansancio. No os podéis ni imaginar la de familias que malgastan su día a día pendientes del cumplimiento de las rutinas, así como la de familias que tienen una comunicación poco fluida con sus hijos, por el mismo motivo.
- Llenarles de actividades que ocupen su jornada: los niños no necesitan mil actividades diarias que llenen las horas de su día. Hacer actividades que les apasionen, que se sienta bien haciéndolas: es correcto. Pero lo que necesitan para ser felices es pasar tiempo en casa con sus padres o realizando actividades en familia. No tenemos que llenar la agenda de los niños como si fueran ejecutivos cargados de reuniones, ellos sólo tienen que disfrutar del amor familiar y descubrir poco a poco lo que más les gusta e ir diseñando pausadamente sus propios ritmos, necesidades y motivaciones. No es más feliz el niño que hace actividades todos los días de la semana y no tiene tiempo para sí mismo, que el niño que hace una actividad y el resto de la semana puede jugar en casa en compañía de sus padres; no es más feliz la niña que hace deporte obligada, que la niña que corre jugando en casa con sus hermanos. También te digo que igual de mal está llenar de actividades la agenda de nuestros hijos, que dejarles toda la semana libre pero para que les puedan dedicar 2 o 3 horas fijas a los deberes después del cole. Si tienen tiempo libre es para relajarse y jugar ( que este es su derecho, el cual, debería ser firme y diario).
- Leer por obligación antes de dormir: aunque la lectura es algo precioso, yo misma soy una fiel lectora de manera apasionada…no tiene que ser obligada. Acompañando a los niños en el camino y mediante el ejemplo, poco a poco integrarán ese gusto por la lectura que les haga, más adelante, leer de manera autónoma y feliz. Los niños no necesitan leer cada noche antes de dormir sin ningún tipo de motivación y totalmente obligados por sus padres. Ya que haciendo esto obtendremos precisamente lo contrario: poca motivación por la lectura y frustración. Ellos necesitan imaginar, crear historias, escuchar y ser escuchados por sus padres antes de dormir ( y en cualquier momento del día). No es más feliz el que lee 3 páginas de un libro, impuesto éste por el colegio, antes de dormir, que el niño que comparte con su madre unas líneas del libro que él mismo ha escogido antes de dormir; no es más feliz la niña que tiene que leer de manera obligada cada día si no se quedará sin parque el fin de semana, que la niña a la que dejan leer lo que elija, cómo, dónde y cuándo quiera.
- Acatar normas: eso de ” las normas están para cumplirlas”, es un poco arcaico, la verdad. Los niños no viven en un cuartel de la post guerra, viven en su casa. No tienen que obedecer ciegamente como si fueran soldados, tienen que aprender a convivir, a respetar y ser respetados y a disfrutar de la vida. Por lo tanto, debemos convivir con nuestros hijos en armonía y tomando decisiones comunes que nos hagan ser felices a todos. Las normas o pautas de convivencia, deben ser decididas entre todos y ser coherentes con las necesidades físicas y emocionales de nuestros hijos. Es primordial, para ello, tener claro, dentro de tu familia, qué es lo realmente importante y qué no, qué cosas son imprescindibles en tu casa y qué no. Para ello, es fundamental tener una buena gestión de los límites dentro del ámbito familiar y no prescindir ni abusar de ellos ( si tienes dudas, sabes que puedes aprender más en la Formación Intensiva Edurespeta).
No quiero decir con esto que las rutinas, las actividades, la lectura y las normas, sean negativas. Para nada. Sólo quiero que entiendas que todo esto NO es necesario para ser feliz: para que un hijo sea feliz.
A veces las familias se ofuscan tanto en estas cuatro áreas que se olvidan de todo lo demás y ni siquiera se dan cuenta de que la mayoría de conflictos que tienen con sus hijos son a raíz ,precisamente, de esto.
Debes recordar siempre que, lo único que necesitan los niños para su felicidad es el amor incondicional y el respeto. Teniendo y disfrutando de esto, se puede ir consiguiendo todo lo demás.
Un beso y gracias por vuestras muestras de cariño, me ayudan a seguir creando, aprendiendo y luchando por la educación respetuosa:
Fundadora de Edurespeta – Experta en Educación Respetuosa y Asesora Familiar
Marina Duque dice
Me encanta leerte!
Estoy de acuerdo contigo en todo lo que has expuesto. Maravillosa educación respetuosa!
Hasta el siguiente post!
Uriel dice
Un beso Marina 🙂
pili dice
Que fácil lo explicas, me encanta!!! y que razón tienes!!!!
Uriel dice
Gracias Pili 😉
yolanda lopez dice
Las rutinas sí, las actividades … uhmmm quizás necesitan más tiempo para jugar, crecer y asimilar aprendizajes como el compartir, pero todo en su justa medida. Las normas sí son necesarias pero sin una rigidez y autoridad totalitaria, no? Y el amor, ese sí que hay que desprenderlo a borbotones, cuanto más mejor, aunque mi hijo ya se avergüence de los besos a la puerta del colegio, yo se los doy y me aprovecho en la acera de enfrente, jajaja.
Buena entrada.
Uriel dice
Jeje gracias Yolanda.Las rutinas si son para generar conflictos y exigencias, mejor pararse a pensar qué es importante y qué puede esperar 🙂 Un besazo. Tania
sarathiebaut@gmail.com dice
Muy buena reflexión, porque es verdad que nos centramos en que las cumplan y haciendo esto se están generando conflictos y a la vez olvidando otras cosas mucho más importantes, a partir de ahora lo tendré en cuenta, a parte de seguir trabajando en la formación intensiva que acabamos de empezar que no sé porqué presiento que va a ser algo importante en mi vida y sobretodo en la de mi hija.
Muchas gracias Tania